Sabor a mientras tanto: Avelina Lésper, crítica de arte y Allan Fis, fotógrafo.

Soy inconstante como electrocardiograma; enemiga de las comas, un recurrente revoltijo al conversar; de los sentidos, soy olfato; mi mejor posesión: la memoria; soy inasible y clara; celosa de mi espacio y mi tiempo a solas. Lunática, obsesiva, casi puntual; discreta, pudorosa e impúdica a un mismo tiempo, a ratos salvaje y volátil. Sostenida por una especie de fe que me abriga con fuerza corrosiva. Mi mayor odio, a la parálisis y la grisura. Una viajera permanente, así no salga de mi casa; barroca, intensa, chillona a la menor provocación; soy fragilidad disfrazada de eterno combate; mariposa, saturada de contradicciones, de ires y venires opuestos; escritora en riña permanente con la pintora; caprichosa, perseguidora de la ilusión aun por flacos motivos; risueña; adoradora de la noche, mi templo de construcción. Soy café con leche; guayabas verdes, pleito eterno al betabel; rosas secas entre poemas; tímida y extrovertida por igual; nardos y orquídeas. Recurrente como una ola, imaginativa hasta colindar con la locura; silencio o estallido, sutil o despiadada; nunca en el medio. Velas, incienso, conchas de mar, nueces, mares, gorilas, cartas a plumilla y tinta, papel reciclado con hojas y pétalos, letra alargada y sobres lacrados con iniciales; soy un solo olor para quien me recuerde, un solo perfume. Calurosa, insomne, fanática de la selva; olvidadiza por conveniencia; canto música italiana casi inventada; vino tinto en vaso y cine mudo. Incapaz de callarme frente a la estupidez; intolerante con la prepotencia. Soy pies descalzos, resistentes. Antifaces, brujas; amante de la luna llena; aferrada al instante presente; enemiga de la rutina; fotos Polaroid y escribidora de frases a sus pies. Acuarelas, montones de listones coloridos sin un por qué; inventora de envolturas; torpe con la tecnología; terca a decir basta; observadora; renuente y rejega si se trata de olvidar y en coqueteo constante con la palabra.

Sabor a mientras tanto

lunes, 7 de mayo de 2012

Avelina Lésper, crítica de arte y Allan Fis, fotógrafo.

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