miércoles, 1 de septiembre de 2010

Dos sombras

Dos sombras de frente son dos temblores sobre el agua,

dos universos impares contra el reflejo de luna.

Son dos sueños recortados sobre la sábana blanca,

dos cuerpos capaces de noches indecibles.



Dos sombras son dos estatuas que emergen al unísono,

son la compañía que basta; son dos hojas al viento de un mismo árbol;

el prisma de una brillante luminosidad en un caudal de penumbras,

el entrecielo que un día se grabó en mi frente.



Dos sombras son dos fantasmas de cuerpo entero sin amenaza de deletrear su nombre,

son dos cuerpos recién apagados a las ocho en punto.

Dos, que caen sobre la almohada.



Dos sombras de frente son desandar el silente y solo laberinto,

son la delicia que se ensancha a cada exhalación,

dos, dueñas de voces imposibles,

presencias entrelazadas, tormentas que se acompañan.



Dos sombras son pasos confundidos en un mínimo tramo,

estelas de aromas de un mismo deseo,

dos siluetas dispuestas al idilio,

dos pinceladas sobre el lienzo desnudo,

dos rastros de vida en la calle desierta.



Dos sombras son lo que asoma en la imaginación del que espera.

Son la posible fusión de dos anhelos, son la fantasía de la añoranza

y el fin de la impaciencia.



Irma Zermeño © Todos los derechos reservados.

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